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18 Acercándose, pues, Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo:

—Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente.

19 Samuel respondió a Saúl:

—Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo. Mañana por la mañana te despediré y te descubriré todo lo que hay en tu corazón. 20 En cuanto a las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque han sido halladas. Además, ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre?

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